Hemos analizado una interesante página de la Texas Woman's University con el título: 52 Proven Stress Reducers (52 formas probadas de reducir el estrés). Creemos que puede ser realmente útil para reducir el estrés de profesionales en el trabajo y en la empresa en general. Son consejos para la vida en general, pero que a buen seguro repercutirán en un mayor relax y productividad en el trabajo. Ahí van:
1. Madrugar un poco más. Lévantarse quince minutos más temprano por las mañanas. Los contratiempos inevitables e inesperados serán menos estresantes.
2. Dejar todo preparado la noche antes. Se trata de dejar todas las cosas que son usualmente necesarias las noche antes: mesa de desayuno, ropa que piensas llevar, materiales para el trabajo...
3. Anotar las cosas que hay que hacer durante el día. No confiar en la memoria. La presión de intentar recordar y no olvidar puede ser estresante. Así que lo mejor es anotar las horas de las entrevistas, u otras obligaciones (compras, lavandería, recados, etc.).
4. No hagas cosas de las que te arrepientas, no digas mentiras. No hagas nada que tras haber sido hecho, te lleve a decir una mentira. Las mentiras que te encubren te crean más estrés del que imaginas.
5. Llaves duplicadas. Haz duplicados de todas las llaves. Entierra o esconde en un lugar seguro del jardín la llave de entrada de la casa. Si no es posible, lleva el duplicado de la llave en tu cartera, aparte del juego de llaves usual.
6. Practica mantenimiento preventivo de aquellas cosas importantes. El coche, electrodomésticos, casa, etc. De esta forma habrá menos cosas de las que preocuparse y menos probabilidad de crearnos problemas en el momento menos oportuno.
7. Ve preparado para esperar. Lleva algo que te permita aprovechar tu tiempo si tienes que esperar por algún motivo no previsto o guardar cola en algún sitio. Desde un pequeño ordenador de bolsillo a un libro, un informe, un block de notas, etc. etc.
8. No aplaces cosas pendientes. Las dilaciones son estresantes. Cualquier cosa que tengas que hacer mañana, hazla hoy, cualquier cosa que tengas que hacer hoy, hazla ahora.
9. Planifica con anticipación. No dejes que el tanque de gas esté casi vacío, mantén una buena despensa de productos de primera necesidad que usualmente necesites. No esperes hasta la última existencia para comprar más.
10. Renovar lo que no funciona bien. No te arriesgues con cosas que sabes que no funcionan bien: un despertador que falla te puede dejar intranquilo toda una noche, un limpiaparabrisas que no funciona correctamente te puede mantener intranquilo si quieres hacer un viaje. Conseguir apartar de tu cabeza lo que no funcione te permitirá reducir el estrés.
11. Llegar con antelación a los sitios. Calcula 15 minutos de tiempo extra para llegar a tus citas, entrevistas, encuentros, etc.. Planifica llegar a un aeropuerto una hora antes para las salidas nacionales.
12. No al café. Elimina (o limita) la cantidad de café o cafeina en tu dieta diaria. Mejorará tu relajación, sueño y tranquilidad en general, aunque al principio te cueste trabajo dejarlo.
13. Planes de emergencia sencillos y útiles. ¿Qué hacer si nos dividimos o perdemos en gran almacen? ¿cómo nos reencontramos? ¿Y si lo hacemos en una gran ciudad cuando estamos de viaje? ¿Qué hacemos con los niños si la pareja se retrasa, sale tarde del trabajo, etc.? Planificar este tipo de cosas, puede relajar y contribuir a disminuir la presión psicológica.
14. Relajar los planes y las obligaciones contraidas con uno mismo. El mundo no se acaba si no cortamos el cesped durante el fin de semana.
15. Preguntar. Tomar unos momentos para repetir instrucciones, direcciones sobre cómo llegar o lo que una persona espera que hagas puede ahorrar horas (intenta evitar el cuánto más me doy prisa, más me atraso...).
16. Saber decir no. Hay que saber decir no a proyectos extra, actividades sociales e invitaciones. Hay que ser conscientes de que uno no posee el tiempo o la energía para todo. Cada uno de nosostros necesita cada día tiempo para estar tranquilo para relajarse y estar solo.
17. Descolgar el teléfono. Si tienes momentos de relax, tomar un buen baño, meditar, dormir una siesta, leer sin interrupción... desconecta y descuelga el teléfono y aíslate de otras interrupciones.
18. Transforma necesidades en preferencias. Convierte tus necesidades en preferencias. Nuestras necesidades físicas básicas se reducen a alimentos, agua y mantener el calor. Todo lo demás son preferencias o deseos. No te hagas esclavo de los deseos.
19. Simplificar, simplificar, simplificar. . . Conjuga este verbo permanentemente a lo largo del día.
20. Hacer amigos, no preocupaciones. Cuidado de asociarte con aquellos que son crónicos hiperpreocupados por todo... ¡es contagioso!
21. Levantarse y estirarse. Levántate y estírate un poco si en tu trabajo tienes que estar muchas horas sentado.
22. Usar tapones para los oídos. Si necesitas encontrar tranquilidad en el hogar, no lo dudes aislate y utiliza tapones para los oídos u otros medios para aislarte (escuchar música con auriculares, etc).
23. Dormir suficientes horas. Utiliza tu despertador para recordarte que tienes que ir a la cama. No le restes horas al sueño.
24. Ordenar el caos. Organiza tu hogar y lugar de trabajo con el fin de saber exactamente dónde están las cosas. Guarda cada cosa en su sitio y no tendrás que pasar por el estrés de perder las cosas o la ansiedad de perder mucho tiempo buscándolas.
25. Respirar bien. Cuando se sienten estresados, la mayoría de las personas tienden a respirar corto, a hacer respiraciones superficiales. Cuando se respira así, el aire viciado no es expulsado de los pulmones, la oxidación de los tejidos es incompleta, y aumenta la tensión muscular. Comprueba tu respiración durante todo el día, y especialmente antes, durante y después de situaciones de alta presión. Aprende Técnicas de respiración.
26. Anotar pensamientos y sentimientos. Escribirlos (y después destruirlos y tirarlos) puede ayudarte a clarificar cosas y darte una perspectiva renovada de los mismos.
27. Visualizar los eventos y actuaciones importantes. Disminuirá el estrés cuando llegue el momento si hemos imaginado con detalle y sosegadamente todo lo que debemos hacer. Por ejemplo hablar en público (imaginar como nos dirigimos a la sala, cómo hablamos, qué preguntas hacen, cómo respondemos, etc.).
28. Cambiar de actividad. Cuando la tensión de tener que acabar un trabajo se interpone en el objetivo de realizar el propio trabajo, un cambio de actividad y / del entorno puede ser justo lo que se necesita para acabarlo.
29. Hablar de los temas que te preocupan. Compartir o discutir sobre tus problemas con un amigo de confianza puede ayudar a despejar tu mente de la confusión para que pueda concentrarse mejor en la solución de problemas.
30. Elige tu entorno favorable y positivo. Una de las formas más obvias de evitar el estrés innecesario es seleccionar un entorno (de trabajo, para vivir, para el ocio) que esté en consonancia con tus necesidades personales y deseos. Si odias los empleos de mostrador no aceptes trabajos que requieran sentarse detrás de un mostrador todo el día; si odias hablar de política no te asocies con gente que habla de política...
31. Aprende a vivir cada día. No vivas varios días a la vez.
32. Disfrutar cada día. Cada día haz algo que realmente te gusta.
33. Amor y ser positivo. Añade un poco de amor a todo lo que haces. Aprende a ser positivo.
34. Baño o ducha. Tome un año o ducha de agua caliente (o fría en verano) para aliviar la tesión. El agua y el cerebro tienen sinergias positivas.
35. Hacer algo por los demás. Relaja y hace que uno se sienta bien; si puedes hazlo a diario.
36. Empatía. Céntrate en comprender más que en ser comprendido; en amar, más que en ser amado.
37. Mejorar tu aspecto. Haz algo que mejore tu aspecto. Mejorar tu aspecto puede ayudarte y hacerte sentir mejor.
38. Planificar el día de forma realista. Evita la tendencia de planificar citas una detrás de la otra (seguidas); tómate tiempo entre las citas para tomarte un respiro.
39. Sé flexible. Hay cosas que no merece la pena hacerlas perfectamente y temas en los que es mejor no comprometerse.
40. No te autoetiquetes negativamente. Elimina de tu lenguaje autoetiquetas destructivas tales como "Yo soy demasiado viejo para..." o "Yo soy demasiado gordo para..." etc.
41. Cambiar de ritmo durante los fines de semana. Utiliza tu tiempo de fin de semana para un cambio de ritmo. Si tu semana de trabajo es lenta y muy planificada, asegúrate de que hay tiempo para la acción y la espontaneidad en tu fin de semana. Si tu semana de trabajo es rápida y llena de gente y dominada por los plazos, busca la paz y la soledad en tus días libres.
42. Hacer una sola cosa a la vez. Cuando estás con una persona, dedícate a esa persona y no pienses en ninguna otra más. Cuando estés ocupado con un proyecto, concéntrate en hacerlo y olvídate de cualquier otra cosa que tengas que hacer.
43. Tiempo para tí mismo. Guarda tiempo para ti cada día. Destínalo para la privacidad, tranquilidad e introspección.
44. Quitarse las tareas desagradables primero. Si tienes que hacer una tarea especialmente desagradable hazla por la mañana temprano, de esta forma durante el resto del día estarás libre de ansiedad.
45. Delegar responsabilidades. Aprende a delegar responsabilidades a otras personas capaces de realizarlas.
46. Tomarse un pequeño respiro a la hora del almuerzo. Trata de alejarte de tu despacho y del área de trabajo en cuerpo y mente, aunque solo sean 15 ó 20 minutos.
47. Tomarse el tiempo necesario para las decisiones difíciles. Olvídate de contar hasta 10. Cuenta hasta 1.000 antes de hacer o decir algo que prodría empeorar las cosas.
48. Capacidad para perdonar a las personas. Hay que aceptar que no vivimos en un mundo perfecto.
49. Ser optimista. Tener un punto de vista optimista sobre el mundo. Merece la pena creer que las personas lo están haciendo lo mejor que pueden.
Ver una completa versión en 52 Proven Stress Reducers de la Division of Student Life (Texas Woman's University).