miércoles, enero 23

El vino sin alcohol, nuevas posibilidades y nuevo modelo de negocio

Hasta ahora, el mayor desafío de la industria vinícola era hacer vinos sin alcohol a la altura del producto original. Las cervezas lo habían conseguido, y con ello la inclusión en la vida diaria y en el consumo habitual la “Sin”. Las cifras más optimistas calculan que hay cerca de 250.000 consumidores potenciales de vino sin alcohol, y que el consumo de este producto crece a razón del 180% anual.

No dejan de ser cifras algo aventuradas, aunque lo cierto es que sí hay una oportunidad de negocio en los países árabes. Por otra parte, los productores esperan que haya un incremento de su consumo entre embarazadas, conductores o diabéticos, y no renuncian a llegar al amplio grupo de menores de 35 años que en la actualidad no consumen vino con alcohol.

Parece que el camino más corto hacia este estatus pasa por cambiar el producto. Hasta ahora el vino sin alcohol se resiste a crecer entre los consumidores de vino con alcohol, que no terminan de asociar con calidad un producto que consideran una adulteración del producto del original, casi un sacrilegio. En segundo lugar está el factor del sabor, que ciertamente no está a la altura de lo esperado.
Que calidad e innovación vayan de la mano para hacer del vino sin alcohol un producto que rompa con los esquemas anteriores es vital para dar nuevas posibilidades de venta a un sector, el del vino, que ha ido perdiendo muchos consumidores entre otras cosas por su asociación por parte de las autoridades del vino con las bebidas de alta gradación alcohólica, y no con los alimentos, como debería haber sido. Quizá se conquiste así a los nuevos consumidores y a los más reticentes, y el vino “Sin” pase a formar parte de nuestra vida diaria con toda normalidad.mercadosdelvino.com
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