Bajo creciente presión de Estados Unidos, con quien mantiene este lunes y martes conversaciones de alto nivel, China parece dispuesta a permitir una reevaluación de su moneda para combatir la inflación.
Desde que Pekín reinstauró la fluctuación diaria del yuan en junio del año pasado, el renminbi (moneda del pueblo) se revalorizó alrededor de 5% respecto al billete verde.
Dentro del "Diálogo Estratégico y Económico" que se abrió este lunes en Washington, el secretario del Tesoro, Timothy Geithner, afirmó que la primera de las tres prioridades de Estados Unidos en su diálogo económico con China es la cuestión de la cotización del yuan, que Washington querría fuera más "flexible".
En la lista también figura la necesidad de que Pekín reforme sus finanzas a fin de impulsar el sector privado en el país, y la necesidad de "un trato más igualitario" en comercio e inversiones entre ambas economías.
Geithner pidió abiertamente un cambio de modelo de crecimiento económico en China, de modo que esté "más estimulado por la demanda interna" y menos por las exportaciones.
Pero el vice primer ministro chino Wang Qishan dijo que moderar los desequilibrios económicos es "un largo proceso".
"No es algo que podemos hacer de la noche a la mañana", afirmó a través de un intérprete.
"Esperamos que la parte estadounidense (...) evitará politizar" los temas comerciales, agregó.
Pese a ello, ha habido "en los últimos meses un verdadero cambio" por parte del gobierno chino, según Alistair Thornton, economista en IHS Global Insight en Pekín. Los chinos "reconocen mejor lo que alimenta la inflación (en su país), a saber, el vínculo entre el dólar y el yuan, generador de liquidez", explica el analista.
En contrapartida a las enormes reservas de cambio acumuladas por China, que superaron este año los 3 billones de dólares, el banco central inyecta en la economía el equivalente en yuanes. Si el yuan vale más, hay que inyectar menos liquidez.
Los dirigentes chinos "están dispuestos a dejar apreciarse la moneda si eso permite combatir la inflación, pero sólo de forma moderada", matiza Patrick Chovanec, profesor de economía en la universidad Tsinghua de Pekín. En marzo, los precios aumentaron un 5,4% interanual en China, el ritmo más rápido desde julio de 2008.
Además, un yuan más fuerte daría un mayor poder adquisitivo a los chinos, al abaratar las importaciones. Precisamente, el gobierno quiere que el crecimiento dependa más del consumo, y menos de las exportaciones y las inversiones.
No obstante, el profesor Chovanec añade que los dirigentes están "inquietos por el impacto que esto tendrá en las exportaciones", ya que una reevaluación las haría menos competitivas.
Como es costumbre antes de las citas importantes con los estadounidenses, Pekín permitió este lunes una reevaluación considerable del yuan, fijando su tasa de referencia a 6,4988 yuanes por un dólar.
David Loevinger, alto responsables del Tesoro estadounidense, indicó antes de las conversaciones que su país presionará para que China "deje que la tasa de cambio se aprecie más rápido, para corregir la infravaloración", del yuan, estimada por los congresistas estadounidenses entre 20 y 40%.
"Hace 18 meses, la tasa de cambio de la moneda china estaba congelada. Ahora se mueve", reconoció Loevinger.AFP