lunes, noviembre 7

Bolivia, país dependiente de productos importados

Bolivia es cada vez más dependiente de los productos de primera necesidad importados. Entre enero y julio del 2011, la compra de alimentos se disparó al 81,84% y superó todo el registro de la gestión pasada, según el analista Iván Árias.
El Estado boliviano invirtió entre enero y julio del presente año $us 375 millones para la importación de 503.000 toneladas de azúcar, harina de trigo, maíz y trigo, superando lo registrado en la gestión del 2010, que llegó a 298.000 toneladas con un costo de $us 217 millones.
En la presente gestión, dijo, Bolivia erogó una importante cantidad de divisas a favor de empresarios extranjeros, para concretar la importación de arroz y azúcar brasileña; además de azúcar colombiana, siendo éste último un país con un modelo neoliberal.
El último informe del presidente del Instituto Boliviano de Comercio Exterior (IBCE), Willy Rojo, advierte que de mantenerse esta tendencia hasta fin de año la importación podría superar los $us 600 millones. El mayor incremento de las importaciones se dio con la compra de azúcar, que pasó de 8 toneladas en 2010 a 91.255 toneladas en los primeros siete meses de este año.  



Este resultado se registró pese al anuncio de los empresarios que adelantaron que la producción de azúcar este año bordeará los 9,5 millones de quintales para una demanda interna de 7 millones de quintales.
Entretanto la importación de trigo comenzó a declinar en 2009, cuando se importaron 132.000 toneladas y entre enero y julio de 2011 se importaron 114.000 toneladas; pero la mala campaña de este año podría significar más importaciones, según expertos del IBCE.
“Los recursos que salieron del país pudieron haber servido para invertir en la producción nacional para crear incluso nuevos empleos en el sector agrícola, lo que hubiera favorecido al desarrollo productivo nacional y las exportaciones; sin embargo, ante la falta de una política de Estado nos estamos convirtiendo en importadores, con el riesgo de profundizar la crisis”, observó Arias.
Resulta que el mediano y gran productor agrícola del país que está en las sociedades industriales, son los que alimentan al país en un 80%, mientras que el sector campesino sólo aporta en un 20%.
El Estado desde hace tiempo sólo se ha dedicado a combatirlos y estigmatizarlos a los empresarios agrícolas, en aras de una supuesta economía comunitaria campesina originaria, pero en la realidad ocurre que a consecuencia de una falta de planificación no puede atender la demanda alimenticia de los centros urbanos, que en los últimos 10 años ha crecido en más del 75%.
La población urbana en Bolivia, dijo, supera el 75% y comparado con la tasa de crecimiento de la década de los 50, es superior, por lo tanto la demanda alimenticia no puede depender de la idea la producción sólo comunitaria, una propuesta que aún no alcanza los resultados esperados por el Ejecutivo.
“Esta política productiva vulnera la Constitución Política del Estado (CPE), que en su artículo 406 establece que la política de desarrollo rural integral deben ser objetivos centrales del Gobierno, en coordinación con las entidades territoriales autónomas y descentralizadas. Esta disposición establece garantizar la soberanía y seguridad alimentaria, priorizando la producción y el consumo de alimentos de origen agropecuario producidos en el territorio boliviano (…); habla de promover la producción y comercialización de productos agroecológicos; y establecer políticas y proyectos de manera sustentable, procurando la conservación y recuperación de suelos”, aseveró Arias.
PRODUCCIÓN
En los datos del Instituto Nacional de Estadística (INE), hasta el 2009, se registraba la siguiente producción realizada desde Santa Cruz en un 62% y destinada a los centros urbanos: arroz 43%, trigo 40%, maíz 100%, soya 24%, hortalizas 25% y girasol 10.5%.
Mientras que las actuales inversiones por parte del Ejecutivo llegan a un 61% en caminos vecinales, 11% en actividades integrales y un 26% en gasto público.
via El diario
Para Arias la actual política del Gobierno en temas económicos, en el rubro de la producción, pone en evidencia de que existe una inadecuada interpretación sobre quién atiende la demanda alimenticia de los centros urbanos, porque se pretendió hacer creer que sólo del sector campesino eran quienes alimentaban a la población, pero esa visión se desvanece cuando las cifras demuestran que existe un alta importación de alimentos de empresas industriales extranjeras.